domingo, 29 de mayo de 2016

Como prevenir el abuso

Dado que  para los niños es un tema que causa taboo y poca información debemos buscar alternativas de como prevenir este flagelo por consiguiente les presento el siguiente video.


debemos formar una cultura del no abuso pero para ello debemos educar y hablar  del conocimiento del cuerpo y que nadie mas que ellos solitos puede conocer totalmente su  cuerpo.


la importancia de enseñar a conocer los signos de alarma frente al abuso


Investigación frente a la problematica

Dado que Colombia tiene un alto indice de abuso en menores según los estudios en  el informe, auspiciado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Aldeas Infantiles SOS y la Agencia de Comunicaciones Pandi, se basa en 10.442 exámenes que Medicina Legal realizó entre enero y septiembre de 2015 niños, niñas y adolescentes víctimas de presunto delito sexual.


El documento sostiene que las principales víctimas de este flagelo son las niñas con el 83 por ciento del total de los casos, es decir, 8.659 de los hallazgos. "Las niñas entre los 10 y 14 años siguen siendo las principales víctimas. Por cada cinco niñas agredidas sexualmente en nuestro país se registra un niño vulnerado por este delito", indicó el informe, que coincide con la celebración este 20 de noviembre del Día de los Derechos del Niño.


tomado de  http://www.noticiasrcn.com/nacional-pais/abuso-sexual-contra-ninos-colombia-se-duplico-el-2015

para lo cual son cifras realmente preocupantes.

Pero porque aparece este fenómeno.


para este fenómeno tomaremos referencias de la policía nacional frente al cuidado prevención y conocimiento del porque se presenta, teniendo presente que por lo general este fenómeno se presenta con las personas que las rodean.

EXAMEN FINAL

Teniendo en cuenta la eleccion del problema Etico para esta actividad es el abuso a menores de edad dado que es un problema etico que afecta directamente a la sociedad.

Por esto planteo lo siguiente:

Conozca los hechos: los padres somos los responsables de nuestros hijos y somos los que debemos estar en alerta para evitar que pueda darse una situación de abuso. Una tercera parte de las víctimas son abusados por miembros de su familia y esto significa que el riesgo principal proviene de las personas más cercanas. Los abusadores suelen tratar de establecer una relación de confianza con los padres de las víctimas y debemos tener en cuenta que cualquiera puede serlo.


Reduzca los riesgos: el abuso infantil ocurre cuando un adulto está a solas con el niño. Debemos tratar de conocer a la persona con quien se queda e intentar que puedan ser observados por otras personas. Internet es una gran puerta de entrada para los abusadores, debemos supervisar el uso que puedan hacer nuestros hijos de la red.

Hable sobre el tema: los niños suelen mantener el abuso en secreto. Los abusadores manipulan y confunden a los niños para que crean que la culpa es de ellos o que lo que están haciendo es algo normal o un juego, pueden amenazar al niño o incluso amenazarle con hacer daño a otras personas de su familia. Hablar con los niños sobre el abuso, adaptando nuestro diálogo a su edad puede hacer que se elimine la barrera del silencio.

Manténgase alerta: debemos valorar con detenimiento las señales físicas como irritación, inflamación o sarpullido en los genitales, infecciones de vías urinarias, etc. y otros problemas como dolor abdominal o de cabeza fruto de la ansiedad.

De manera más habitual surgen problemas emocionales o del comportamiento tales como retraimiento o depresión, exceso de autoexigencia, rabia y rebeldía inexplicables, etc.

Un comportamiento y lenguaje abiertamente sexual y atípico para la edad pueden ser también signos de alarma.

Infórmese, sepa reaccionar: responder ante la verdad expresando incredulidad o rabia y enfado puede hacer que el niño intente justificar la acción, que cambie la versión o que evite preguntas y diálogos que vuelvan sobre el tema.

Actúe cuando tenga sospechas: las sospechas dan miedo, pero pueden ser la única oportunidad de un menor de salvarse (o de varios menores, los abusadores tienen varias víctimas). Si no nos atrevemos a denunciar podemos contactar con los servicios sociales, con los servicios de protección al menor, con el centro de salud, etc.

Involúcrese: podemos luchar contra el abuso, por ejemplo, apoyando leyes y organizaciones que luchen contra el abuso sexual a los menores.



Solución frente al problema de la corrupcion

Educación en la escuela, en la secundaria, en la universidad, en la sociedad, de los valores éticos que fortalecen la cohesión social, la igualdad de oportunidades y la convivencia social. Rechazo radical a la corrupción en todas sus manifestaciones. Fortalecimiento de los códigos éticos profesionales en colegios y asociaciones. Velar por la reputación profesional e institucional. Y en general en todo tipo de políticas de buen gobierno y responsabilidad corporativa en empresas e instituciones. Se trata de construir una sólida CULTURA ciudadana contra la corrupción, Hay que tomar conciencia de la importancia de crear una cultura de tolerancia cero con la corrupción y de su complejidad, de sus raíces sociales.



Dado que la corrupción se encuentra en los partidos políticos una de las mejores soluciones frente a este fenómeno seria  la prohibición de las donaciones a los partidos, o sus fundaciones, procedentes de las empresas sometidas a licencias, regulación o subvenciones públicas.


sábado, 14 de mayo de 2016

Filosofia Moral

Aunque tal vez resulte un tanto cursi, me gustaría empezar este trabajo diciendo que, a mi modo de entender, la ética es una incomprendida y que tal incomprensión la está dejando sin quehacer, es decir, sin nada que hacer. Sencillamente, porque nadie sabe bien a las claras qué hacer con ella. La ética ha aparecido hasta hace bien poco en los planes de bachillerato como una disciplina sinuosa, competidora de la religión, especie de «moral para increyentes», pero sin serlo. 

Naturalmente, no se la denominaba moral, no fuera a confundirse con una moral determinada o con prescripciones en torno al sexto mandamiento; pero el contenido del programa hubiera sido explicado con gusto por un moralista, porque se desgranaba en una serie de problemas frente a los cuales parece que el alumno debería aprender unas actitudes determinadas. 
Despertar directamente actitudes porque se consideran más humanas o más cívicas que otras es inveteradamente una tarea moral, y se configura sobre la base de una concepción del hombre, sea religiosa o secular. Pero el temor a las confusiones aludidas, o el miedo a confesar que en las sociedades pluralistas también nos parecen unos modos de enfrentar la vida más propios del hombre que otros, sugirió «a quienes competía» la ingeniosa idea de sustituir el término «moral» por ese otro, que parece más científico, cívico y secular, «ética». 


Lástima que a los tres «más» citados tengamos que añadir «más inadecuado» porque, en buena ley, el quehacer ético no se identifica con lo que, al parecer, se esperaba del profesor de ética y que estaba muy conectado con lo que ha dado en llamarse «ética cívica», aunque es más bien una «moral democrática». 
Tiene pleno sentido que una sociedad democrática y pluralista no desee inculcar a sus jóvenes una imagen de hombre admitida como ideal sólo por alguno de los grupos que la componen, pero tampoco renuncie a transmitirles actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática. Sin embargo, la solución no consiste en cambiar el rótulo de «moral» por el de «ética» en la asignatura correspondiente, sino en explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir, porque hemos aprendido al hilo de la historia que son principios, valores, actitudes y hábitos a los que no podemos renunciar sin renunciar a la vez a la propia humanidad. 

Si una moral semejante no puede responder a todas las aspiraciones que compondrían una «moral de máximos», sino que ha de conformarse con ser una «moral de mínimos» compartidos, es en definitiva el precio que ha de pagar por pretender ser transmitida a todos. Pero cambiar el título «moral» por «ética» no resuelve las cosas; más bien las resuelve el percatarse de que la moral democrática es una moral de mínimos y la ética es filosofía moral. 
Con este cúmulo de confusiones hacía la ética su entrada triunfal en el bachillerato hasta hace bien poco. No es de extrañar que en las reuniones del ramo se expresaran opiniones de lo más variadas: desde exigir su supresión en los planes de estudios, hasta proponer un dar a luz-inculcar actitudes, pasando por dejar meramente que los chavales hablen, o por pedir que los profesores de filosofía rehusen dar la asignatura. 
Desgraciadamente, no le va mejor a nuestra malhadada disciplina en las aulas universitarias. Algunos alumnos esperan del profesor de ética que, oficiando de moralista, acometa temas morales candentes e intente prescribir cómo obrar en tales casos; mientras que un buen número de profesores, conscientes de que el ético no es quien para dirigir la acción, se refugia en el útil, pero alicorto, análisis del lenguaje moral, se pierde asépticamente en los vericuetos de la historia de la filosofía, acumula un fárrago de doctrinas sin crítica alguna, o reduce el fenómeno moral a otros más fácilmente explicables. 
Todo menos prescribir la acción: que no se nos confunda con el moralista. Y, ciertamente, no debemos propiciar que se nos confunda con el moralista, porque no es tarea de la ética indicar a los hombres de modo inmediato qué deben hacer. Pero tampoco podemos permitir que se nos identifique con el historiador (aunque historie la ética), con el narrador descomprometido del pensamiento ajeno, con el aséptico analista del lenguaje o con el científico. 
Aun cuando la ética no pueda en modo alguno prescindir de la moral, la historia, el análisis lingüístico o los resultados de las ciencias, tiene su propio quehacer y sólo como filosofía puede llevarlo a cabo: sólo como filosofía moral.

jueves, 12 de mayo de 2016

Corrupcion

La corrupción principalmente  se genera por los siguientes aspectos sociales:



Violencia objetiva. Por ejemplo, con la expoliación de la riqueza de las regiones a través del robo de las regalías, o haciendo imposible, como ocurre con la violencia guerrillera y paramilitar, la explotación de inmensas regiones del país. Junto con la acción corruptora del narcotráfico, y el afán de enriquecimiento ilícito, porque se ha ido posesionando una cultura de hacer dinero fácil, de hacer plata por sobre otras consideraciones, de un consumismo irreflexivo.  La violación de los derechos fundamentales es una causa clave como la desigualdad social.

Las familias se empobrecen, se disminuye el empleo, aumenta el vandalismo, el robo y las bandas criminales, se viola el respeto a la vida, se vilipendia la dignidad humana, se ultraja a los niños, a los ancianos y a las personas en condiciones de desprotección, por ejemplo a los desplazados de la violencia.




Ineficacia de la educación. En estrecha relación con lo anterior, la ineficacia de la educación que no prepara a la gente para servir , sino para servirse , que no los educa en el respeto a lo público y a los bienes de todos, que no forma ciudadanos con conciencia de lo comunitario y de la participación, que debería llevarnos a todos a velar por lo de todos.


La perversión de la autoridad militar o civil hace todavía más difícil contener todos los demás tipos de corrupción. Y, finalmente, la falta de integridad ética en lo privado y en lo público.